• La única frase esencial

    La única frase esencial

    El siguiente material ha sido extraído de Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, págs. 225 a 228.
    Ante todo, el hecho de que usted haya tenido inquietudes y preguntas sobre el Sutra del Loto es fuente de gran buena fortuna. En esta época, el Último Día de la Ley, los que preguntan el significado de aun una sola frase o verso del Sutra del Loto son muchos menos que los que podrían arrojar el gran monte Sumeru a otro mundo, como si fuese una piedra, o los que podrían lanzar toda la galaxia a lo lejos de un puntapié, como si fuese una pelota. Son, incluso, menos que los que pueden abrazar y enseñar otros incontables sutras para lograr que los sacerdotes y laicos que los escuchen obtengan los seis poderes místicos. Igualmente raro es el sacerdote que puede explicar el significado del Sutra del Loto y responder con claridad preguntas referidas a él. El capítulo “Hoto”, del cuarto volumen del Sutra del Loto, establece el importante principio de los seis actos difíciles y los nueve actos fáciles. El hecho de que usted me haya preguntado sobre el Sutra del Loto es uno de los seis actos difíciles. Esto es indicio seguro de que, si abraza el Sutra del Loto, sin falta logrará manifestar la Budeidad. Ya que el Sutra del Loto define nuestra vida como la vida del Buda, nuestro corazón, como la sabiduría del Buda y nuestras acciones, como la conducta del Buda, todos los que abracen aun una sola frase o verso de este sutra y crean en él estarán dotados del beneficio de estas tres propiedades. Nam-myoho-renge-kyo es sólo una frase, pero contiene la esencia del sutra entero. Usted me preguntó si uno podía alcanzar la Budeidad con sólo invocar Nam-myoho-renge-kyo, y ésta es la pregunta más importante de todas. Es el corazón de todo el sutra y la sustancia de sus ocho volúmenes.
    La estatura de una persona varía entre un metro cincuenta y un metro ochenta, pero su corazón se refleja en el rostro, de apenas treinta centímetros. Y el espíritu del rostro, a su vez, puede expresarse tan sólo en los ojos, que son mucho más pequeños. En la palabra “Japón” está todo lo que integra las sesenta y seis provincias de la nación: todos los habitantes y sus animales, los arrozales y los campos de labranza, las personas de alta y de baja estirpe, los nobles y los plebeyos, las siete clases de gemas y todos los demás tesoros, sin que falte nada. Del mismo modo, en el título, Nam-myoho-renge-kyo, se encuentra incluido, sin excepción, todo el sutra, que consta de ocho volúmenes, veintiocho capítulos y 69.384 caracteres. Por eso, Po Chü-i señaló que, para el sutra, el título es fundamental así como, para el Buda, los ojos son lo primordial. En el octavo capítulo de su Hokke Mongu Ki, Miao-lo señaló que el Hokke Gengi de T’ien-t’ai explica sólo el título, pero que allí está incluido el sutra entero. Con eso quiso decir que, aunque el texto se había resumido, la totalidad del sutra estaba incluida en el título en sí. Todo posee su punto esencial, y el corazón del Sutra del Loto es su título, Nam-myoho-renge-kyo. Por esa razón, si usted invoca esto por la mañana y por la tarde, está leyendo correctamente todo el Sutra del Loto. Invocar daimoku dos veces es lo mismo que leer todo el sutra dos veces; cien daimoku equivalen a haber leído el sutra un centenar de veces, y mil daimoku son mil recitaciones del sutra. Así pues, si usted invoca daimoku incesantemente, estará leyendo el Sutra del Loto en forma constante. Esto es lo que revelan los sesenta volúmenes de la doctrina de T’ien-t’ai. El Buda expuso esta Ley tan fácil de abrazar y tan fácil de practicar, en bien de toda la humanidad, en la época perversa del Último Día de la Ley. Un fragmento del Sutra del Loto dice: “Durante el Último Día de la Ley...”. Otro dice: “En el Último Día, cuando la Ley esté por perecer, la persona que abrace, lea y recite este sutra...”. Un tercero afirma: “En el Último Día de la Ley, el que abrace este sutra...”. Un cuarto fragmento señala: “En el quinto período de quinientos años después de mi muerte, lograd el kosen-rufu mundial...”. La intención de todas estas enseñanzas es advertir que en el Último Día de la Ley hay que abrazar el Sutra del Loto y creer en él. Los eruditos heréticos del Japón, la China y la India no pudieron comprender este obvio significado; siguieron y practicaron las enseñanzas de las escuelas Nembutsu, Shingon, Zen y Ritsu, del Budismo Hinayana o del Mahayana provisional, y desecharon el Sutra del Loto. Se equivocan en su comprensión del Budismo y no advierten su error. Como aparentan ser eruditos respetables, la gente confía en ellos sin dudar y sin saber que ellos confunden las enseñanzas del Budismo. Por eso, sin darse cuenta, se han convertido en enemigos del Sutra del Loto y en adversarios del buda Shakyamuni. El sutra afirma, con toda certeza, que sus aspiraciones no llegarán a concretarse, que tendrán una vida corta y, después de esta existencia, se verán condenados al infierno del sufrimiento incesante.
    Aunque uno no lea ni estudie el sutra, el solo hecho de invocar su título es fuente de una inmensa buena fortuna. El sutra enseña que las mujeres, los hombres perversos y los que se encuentran en los estados de Infierno y de Animalidad —es decir, las personas de los Diez Estados— pueden manifestar su Budeidad. Esto es fácil de comprender, si imaginamos que cierta piedra extraída del fondo del río puede producir fuego, y que la llama de una vela es suficiente para alumbrar un sitio que ha estado a oscuras durante miles de millones de años. Si encontramos tales prodigios aun entre las cosas más simples de este mundo, ¡cuánto más prodigioso será el poder de la Ley Mística! La vida de los hombres y mujeres comunes está presa en los grilletes del karma negativo, los deseos mundanos y los sufrimientos innatos del nacimiento y la muerte. Pero debido a los tres potenciales inherentes a la naturaleza de Buda —la Budeidad innata, la sabiduría para tomar conciencia de ella y la acción de manifestarla—, nuestra vida puede llegar a revelar, sin ninguna duda, las tres propiedades. El gran maestro Dengyo declaró que el poder del Sutra del Loto le permite a cualquier persona manifestar su propia Budeidad. Lo señaló, porque hasta la hija del Rey Dragón pudo lograr la Budeidad mediante el poder del Sutra del Loto. No dude de esto en absoluto. Dígale a su esposo que se lo explicaré en detalle cuando lo vea.
    Nichirenz

    De mi puño y letra.


    En el tercer día del séptimo mes, en el primer año de Koan (1278).
    Antecedentes:
    Un año antes de que Nichiren Daishonin inscribiera el Dai-Gohonzon, Myoho-ama le preguntó si se podía lograr la iluminación invocando sólo Nam-myoho-renge-kyo. La respuesta de aquel, fechada el 3 de julio de 1278, se dio en llamar “La única frase esencial”.
    Se conoce muy poco acerca de Myoho-ama. Vivió en Okamiya, provincia de Suruga. Una carta escrita para ella, apenas once días después de ésta, alude al reciente fallecimiento de su esposo. Cabe suponer que éste debe de haber estado muy enfermo cuando Myoho-ama escribió la primera vez. Probablemente hizo la pregunta en nombre de su esposo enfermo, como también lo sugiere la frase final de esta carta. Cualquiera haya sido el caso, la mujer sobrevivió a su marido y a su hermano, y, evidentemente, fue una creyente sincera que disfrutó plenamente de la confianza de su maestro.
    El Daishonin la alaba por preguntar eso y declara que Nam-myoho-renge-kyo es el corazón del sutra y que éste conduce a todas las personas a la iluminación. Concluye diciendo que aun cuando uno no tuviera la sabiduría para discernir el profundo significado del sutra, podría obtener inmensa buena fortuna y lograr la Budeidad invocando su título: Nam-myoho-renge-kyo.